LA
CASA.
Es
una noche de tormenta, invaden mi mente extraños pensamientos, obsesiones,
pasiones desbordantes de un animal encerrado en un cuerpo de humano, con un
solo objetivo, cargó el arma, subió las escaleras que crujían tras los pasos,
la lluvia azota las ventanas, se pierde la última mirada de lucidez, tras el golpe en la puerta, entre los
relámpagos no se distingue el click de la escopeta, son sólo relámpagos que
manchan con sangre las almohadas de los durmientes, la niña despierta asustada,
siente desde sus entrañas que algo pasa, un instintivo sentimiento de auto
protección la hace levantarse. El papel mural cubierto por la mancha de sesos
reventados, las tripas esparcidas entre las sabanas de la cama, solo faltaba ella, oculta en el closet,
temblando, con los ojos llorosos; una posa de orina, se dice se encontró junto
al cuerpo.
El
viento juega con las hojas, se han caído secas las hojas cubiertas de sangre de
aquella enredadera, que cubría la ventana por la que aquella vez se perdía la
cordura, se presenta majestuosa, imponente, segura protectora, sin la psicosis
depravada de la muerte, tallados con decoraciones, hermosas protecciones de fierro
forjado, construida en 1962, casa colonial, que entre las sombras se presiente
la muerte, se espera que en sótano se encuentre el tiempo perdido, de los
muchos sacrificios realizados por aquella casa, majestuosa felicidad presentada
en una enorme casa.
La
casa cruje, emite sonidos desde el frío sótano, se siente como si susurrara
palabras al oído, sugerencias in-cuerdas, historias perdidas en las almas
dolientes que habitan esa casa, arde la salamandra.
Es
una noche en la que la pasión se apodera de nuestras entre piernas, los niños
duermen, la casa está en silencio, solo los gemidos de nuestra pasión rebotan
por las paredes, y aparece ella colgada, con una soga al cuello y su cuerpo en
estado de descomposición, son las visiones del veneno, que inunda las paredes
de esta casa.
Ella
juega con su amiga del armario, quiere advertirle del peligro, sin embargo,
nadie comprende a veces las señales, la tranquilidad antes de la tormenta, el
viento azota, cae la noche en la siniestra casa, se escucha el silbar de las
tuberías murmurando un nombre, caminas al baño, de las cañerías emerge la
sangre y al ver por el espejo, ves el cadáver, la casa revienta abriendo las
ventanas, despiertas con la cama mojada de sudor y sin ningún temor tomas la
escopeta, a punto de disparar, de dispararte, y despiertas, era solo una
pesadilla.
El
frío te invita a cerrar las ventanas, el perro ladra desenfrenadamente en el
patio, corres a ver qué es lo que pasa, asumiendo lo peor, pero es sólo un
efecto de tu mente, vigilas el sueño de los niños, sin darte cuenta que
preparas el camino al caos más catastrófico, al final de una historia, la tuya.
Se
sienten como deambulan por la casa, como juegan con los objetos domésticos, en
los espejos se ve reflejada su alma, comida por la casa, su sótano oculta
secretos. Una visitante relatara a los nuevos dueños de la casa, la historia de la familia que antes habito la
famosa casa, historia en la que les enseña cada habitación en la que una noche,
el hermano mayor de la familia, desquiciado, por las voces que según él le decían, que matara a mato a cada uno de los integrantes de la
familia, que eran demonios que habían usurpado sus cuerpos, partió
por sus padres, hasta llegar a la habitación de su hermana menor, quien
se escondía en el armario, y que sin piedad le disparo directo en la cabeza;
Todos los que alguna vez hicieron daño, penetraron nuestra carne, nos causaron
dolor, todos en algún momento de sus vidas, se enfrentaran al castigo, todas
nuestros actos hacen que suframos las consecuencia, todos nos enfrentamos al
dolor que puede causar esa casa.
Al tocar
las paredes del sótano, sientes como te atraviesan los pensamientos más
perturbadores, ves un cuerpo lleno de sangre, con los pulmones al aire, lo
tocas y ves en el tu rostro reflejado que te grita MATALOS A TODOS, despiertas
y te das cuenta que estas en la cama otra vez empapado en sudor, te mojas la
cara y tratas de volver a dormirte, pero el caos en tu cabeza te hace delirar,
y no estabas en tu cama, estabas en una tina llena de sangre, te rodean unos
brazos que te atrapan y te sumergen con el objetivo claro de matarte,
despiertas y estas en brazos de ella que te abraza y te consuela tratando de calmar tu conmoción, acaso estas
orate, sientes que tu mundo se derrumba como naipes que caen, no razonas, solo
sientes que esto no te puede estar pasando, tratas de convencerte de que estas
bien que nada pasa, que es un poco de stress por la nueva casa.
Ya
sin saber qué hacer, buscas orientación en la iglesia, recurres al párroco de
tu iglesia, y empiezas a atar cabos sueltos; Mientras el parte la leña,
practicando como les rebanara la cabeza a cada uno de los miembros de la
familia, se obsesiona y se sucumbe en videos de viejos familiares, en los que
pierde la razón viendo que nadie es lo que parece, el reloj marca casi las
02:00, y tu sin poder dormir, sientes el viento, las cortinas juegan con tu
imaginación, el perro ladra, empuja la puerta queriendo escapar, tu tomas el
hacha, el hacha es tu amiga, él no es el perro que criaste de cachorro, es un
demonio que pretende matarte, y golpeas contra el una y mil veces con el hacha,
lo partes a la mitad y continuas destrozando el cuerpo del perro saltando sus vísceras
y partes por todos lados, se ha dictaminado tu sentencia, ella te ha poseído
por completo, eres un avatar de las circunstancias, el demonio ha avanzado,
hasta el punto que la violencia revienta en golpes duros sobre un matrimonio
que está colapsando.
Ante
el caos, la luz golpea a tu puerta, es el párroco de la iglesia, que se da
cuenta de lo que está pasando, bendice la casa y comienza el rito, abre su caja
y toma la estola morada, la besa y la coloca a través de su cuello, “Santísimo
padre bendice esto, te pido que bendigas y santifiques esta casa, que bendigas
a sus habitantes y que les traigas la bondad de sus frutos” – decía el padre
mientras esparcía el agua bendita por las paredes, paredes que ardían, como el
agua oxigenada a las heridas, se cierra de golpe la puerta y un susurro invade
el silencio, un montón de gusanos y moscas aparecen de la nada, haciendo correr
al cura, sin siquiera mirar atrás o recoger sus instrumentos - ¡por qué nos
abandonas! ¡por qué nos abandonas! - , se escuchaba a lo lejos.
En la
desesperación de entender qué es lo que acontece en la casa, porque se abren y
se cierran ventanas, los portazos, los accidentes, recurre a la internet y
comienza a investigar la historia de la antigua casa, se da cuenta que la
propiedad fue comprada por unos inmigrantes Alemanes de la 2° guerra mundial,
amantes de las teorías de Josef Mengele, más conocido como el “ángel de la
muerte”, que en el ático de la casa se habían practicado experimentos
despiadados en seres humanos, tanto niños como adultos, que al pasar de los
años se fue creando una especie de sexta, hasta que después fue desbaratada ya
que se descubrieron residentes con condenas de criminales de guerra, que el
dueño de la casa antes de preferir la cárcel se suicidó en el ático, dando una
maldición a la casa, casa que al pasar de los años, por su estructura, fue
ocupada por el golpe de estado militar desde el año 1975, como centro de tortura de detenidos de
guerra, y eran los mismos descendientes de esta sexta los que se encargaban
de torturar a los detenidos, detenidos
por lo demás que nunca aparecieron, se encontraron restos de huesos en la
enorme salamandra, pero eran tantos y tan dañados que no se encontró nunca ADN
como para identificarlos, ahí empieza a encajar todo, la casa estaba maldita,
siguiendo la historia de la casa fue comprada por una familia, familia que fue
asesinada por el hermano mayor, quien con una escopeta había asesinado a cada
uno de los miembros de la familia, sin piedad alguna, y sus alegatos eran que
oía voces y que la casa le había pedido que lo hiciera, murió al tiempo
después, se rebano el cuello con una hoja de afeitar en el manicomio local, se
decía que al comprender lo que había hecho, no lo había soportado y se suicidó,
las malas lenguas decían que entrego su alma al demonio, porque era parte del
rito, en fin, había encontrado las respuesta al caos y necesitaba tomar a su
familia y alejarse.
Llovía
torrencial-mente, conduce rápido a pesar de los relámpagos, pero al llegar a
casa era tarde, invadía el olor a pudrición, la puerta estaba abierta, al
entrar a la habitación de los niños, estaban en sus camas en un charco de
sangre, desgarrada los abraza, siente su presencia, se da la vuelta, solo se
escuchó como si fuera otro trueno, en medio de la tormenta de la noche.
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