Estoy segura que eran chuicas
por lo grandes
en casa de mis abuelos guardaban allí el Chacolí,
yo creo que por eso salí poeta,
como Huesbe dice
Navegamos en vino,
a lo mejor eran damas juanas,
recuerdo la cuchara de agua ardiente de Doñihue,
que me daba mi abuela al comenzar el invierno.
Puedo decir que me gusta el vino
porque me hiso menos amargo el sabor de la derrota
y más dulce uno que otro merlot en camas que no eran
precisamente la mía,
pero la verdad es que me gusta porque esta en mis células,
porque nací en Chile,
y acá el vino brota desde la tierra,
de ahí tanto poeta,
porque para ser poeta,
debes amanecer con la boca entintada.
Nedazka Pika
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